viernes, 19 de abril de 2013

Walas

Omar Picún nació bajo el signo de Aries pero al ser anotado tarde en el registro, su carácter era más bien Taurino. Omar creció viendo “Entreamigos” y ya de niño quiso ser ventrílocuo. Todos sus amigos de la escuela jugaban a la pelota pero a el no le atraía, pasaba sus ratos de ocio imitando a su ídolo, José Luis Moreno. Con el tiempo perfeccionó su técnica de manera autodidacta y, reunión familiar que había, reunión que “Marcito” repartía hilaridad entre la parentela. No solo por su habilidad para “hablar con la boca cerrada” sino por la ocurrencia de sus diálogos. Era capaz de disertar sobre deportes, actualidad, política, jet set... en fin, parecido a Federico Buysan pero sin soberbia ni maldad.
Un día, harto de su repertorio de personajes trillados, Omar quiso ir más allá. Dribleando la mediocridad buscó dar vida a un nuevo personaje. Pasó toda la noche en la tarea, sin dejar cabos sueltos. Finalmente lo nombró Walas. 

Walas sería la primer marioneta mimo que cobraría vida a través de un ventrílocuo. Un gol de media cancha, en la hora y con la mano. El show de Omar y Walas recorrió gran parte de las kermeses montevideanas en los 90's, llegando incluso a reemplazar de las "marquesinas" al Payaso Pildorita. 
Debido a su éxito le propusieron un programa de cable en horario central, pero su conciencia de clase (la tv para abonados era un lujo en esos años) le hizo declinar la oferta. Hoy tienen un micro de radio a la mañana que va por AM. 

A veces lo escucho y me cago de risa.


@Federico_Mira

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