obsesiones de mejilla ajena
condensadas a la sombra mojan
la cara de porcelana
que pone el miedo a un costado
miran lo que no es de nadie
labios ilegibles
narices planas sin agujeros
impávidas sienes
en la línea de fuego.
no enfrentan, te trompean de reojo
fantasmas de sábana apolillada
empecinados con la trampa
al solitario de las noches de salva
que pone el miedo bajo las plumas
castigan lo que no es de nadie
trama de birome roja
papeles quemados por herejes
tiesos ideales
recostados a la pared.
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